sorpresa de color azul.

En el sueño me lo dijiste, que habías decidido olvidarte de mi porque yo primero te escribí de la Luna de despedida, cómo me dio el sentimiento de arrepentiemiento, pero era sueño y todo estaba fuera de mi control. Que fui yo la que se despedío primero. Y ya sin darle vueltas, cuando hablo sola, llego al mismo final del pero es que ya no hay nada más que decir. Y si nada es importante en estos tiempos, más que la realidad para ti y para mi los pies que se nos envuelven de arena desde el amanecer, hasta que nos vemos cobijados cada quien en un espacio de la cama donde cabe toda desmesura. Ojalá que piense como el drexler cuando dice: sobre todo creo que, no todo está perdido. Tanta lagrima, tanta lágrima y yo, soy un vaso vacío.

Creo que me estoy volviendo una loquita de las que se quedan así para siempre.