Limpian calles desde mi memoria.

En esta ciudad pasando las 11 de la noche, las calles se empapan.
Eso me hace recordar, mientras brinco los charcos, cada tarde cuando recorro las mismas calles estrechas y viejas que ahora pasan mojadas bajo mis pies.
En ciertas esquinas está algún marroquí o sueco greñudo, orinando contra la pared.

El aroma que se impregna, es una mezcla de orín y olor a viejo. La música de mi cdplayer que va ocultado entre las inútiles cosas que meto a mi bolsa desde la mañana, me hace junto con el aroma, la mezcla mental más controversial.

Las caminatas se hacen ligeras, placenteras.

calles del Gótico.BCN04.DCardona.

Me pregunto, mientras los dobladillos de mi pantalón se siguen mojando cada vez más: ¿cómo es que dices 'un olor a viejo' guey?. A ver, ¿ cómo es el olor a viejo...cómo se compone?. Solamente sé que lo distingo, sé que me hace un gran paro decirlo así, cuando parece ser a viejo ...

Recuerdo de la nada, porque cuando camino me bombardean decenas de pensamientos y nunca termino de ahondar en uno solo, como probaditas. No sé por qué me viene entonces el olor de la plaza, donde está el museo contemporáneo de esta ciudad. De frente a el, hay una galería donde cojo siempre que paso algunas de las revistas,catálogos que regalan. Me siento en una barra de piedra, que está en la explanada entre los dos edificios.
Ahí huele a hash. Un marroquí se prepara un porro, enrola con la 'sabanita' y yo lo observo discretamente. Lo interrumpe su hermano bastante pequeño, viste una túnica hermosa de color azul cielo y da vueltas en ese espacio, montado en su patín del diablo. Veo el porro de hash,las manos del marroquí enrolando, los ojos hermosos del niño, volteo al cielo y regreso la vista al suelo, para ver mis papos ... El niño le pregunta cosas muy insistente, pero curioso. Supongo que lo hace, por los gestos al hablar, porque no era español lo que escuchan mis oídos. El marroquí le responde con enfado, mientras seguía manipulando el porro.

plaza del MACBA.BCN04.DCardona.

Pasar por las calles del Gótico aún me da un poco de temor por las noches, son las 1140 casi y yo voy con las manos ocupadas en caso de... en una cargando un mini galón de agua y la otra en la bolsa de mi chamarra, hace un frío tan rico que me dan ganas de respirar profundamente.

Si salía cada noche a caminar, es porque, siempre me hacía falta algo para comer o quería fumar afuera. Necesitaba un café con leche espumosísimo del Zurich... conforme vivía más la realidad financiera independiente, tomar un café con leche diario se fue haciendo un lujo.

La verdad es que quería hacer el registro tal cual, de cada minuto vivido. Quería restregarme fotográficamente en mi memoria como una obsesión, las calles, los pasos que daba en ellas, lo que mis ojos no podían parar de mirar, los aromas.

Muy en el fondo sabía que ese placer rutinario duraría poco, por eso lo hacía. No quería perder rastro. Incluso era tal mi temor que repetidas veces soñando creí, que amanecía en mi casa y tenía que levantarme de mi cama para ir a la patética escuela.

Sonreía grandemente cuando entreabría mis ojos para ver que no había amanecido ahi, si no de nueva cuenta en esa habitación tan fría y con olor a viejo.

PASEOS DE bcn04.dCardona

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