Recuentos de un diario en dF.

Fue miércoles, y estaba mi techo tan nublado, es cuando decido salir de mi cubo azul, me gustan mucho los días así, porque la vibra del cielo que recae en el viento cuando pasa por un lado de mi ventana me hace sonreir. Ultimamente tengo un pacto placentero con la música de los 80's, y es que cuando la escucho puedo seguir sonriendo cada minuto, mover los hombros y ladear la cabeza para sentir que el cuerpo pruebe la piel cuando se pone alerta. (He decidido que mis 21 tienen que ser monumentales, los celebraré con una fiesta ochentera, un disfraz por cada invitado, he ahi el requisito y la magia...). Sigo persiguiendo mi propio estilo y ahora está de puta madre. Este corte que traigo nisiquiera necesita cepillo alguno, así como el agua que cae sobre las hojas de los árboles, se resbala y las seca al paso del día; mi cabello se ha vuelto igual, como en pacto estético conmigo, salimos juntos de bañarnos y lo único que hago es dejarlo respirar y acomodarse solo, es tan complaciente...Estoy caminando por una colonia que se llama la Condesa, muy lejos de donde vivo, pero me la vivo ahi. (risas). Paso un restaurante, un café, un café, otra vez otro café...ninguno me nace mucho, solo quiero un lugar un poco más solitario y visualmente entretenido para poder comer, leer y ver gente pasar. Veo uno del chino, es extraño cuando lo vas a comer sola, nunca lo había hecho. Me sentía grabada en mis propios pensamientos y saqué mil polaroids con mis suspiros cada que veía a alguien pasar. Jugué un gato en una servilleta, contra mi y lo perdí ja...cuando me trajeron la galleta de la suerte, la dejé en la mesa, creo que ellos la necesitaban más que yo. En un semáforo me llegó un flashback. Estabas ahi a lado de mi, con el cinturón sobre tu pecho, la mano izquierda en el freno de mano y tus ojos tenían el pensamiento en otra dimensión. Reí, reí mucho y te besé en la frente, seguí bailando con la música ochentera. Entro a comprar algunos libros, realmente lo hice así porque tenía la impresión de que me encontraría con algo de categoria doble BB (BonitoyBarato)..error, cuando un libro ha sido algo barato?, creo que nunca, el valor siempre aparte de ser lo material es el contenido. Me consolé con tan solo oler las hojas de algunos y tocarles sus portadas, pienso que algunas editoriales están haciendo buen trabajo de diseño y la impresión de sus materiales y me pone feliz. No me pude ir así sin que algo no hubiera valido la pena sacar, era una catálogo de una revista viejísima, bueno del '99, era la edición #17 y le pusieron LunaCórnea desde aquél entonces, me gustó la ilustración, la foto, y todas las 215 páginas hablan de los ciegos en esencias diferentes. Fueron 40 pesos que cualquier adict@ a coleccionar revistas de contexto que huelan bien y valgan la pena visualmente puede pagar.

1. De niño una noche desperté sobresaltado. No se veía absolutamente nada, ni un mínimo resplandor de luna ni la lucecita a lo lejos que veía por la ventana todas las noches al apagar la luz antes de dormirme. Me tallé los ojos, los abrí gradísimos y nada, simplemente no se veía nada. Pasé mi mano por enfrente de las narices y no había el más tenue perfil que pudiera distinguirse, la agité y ni siquiera una mínima noción de movimiento podían captar los ojos. Todo era negro impenetrable. Un grito se me ahogó en la garganta: me había quedado ciego.
De un libro de ciegos...

Es curioso que cuando recién regresaba de Barcelona traía dos ideas de cortos que había escrito en un pedazo de boleto viejo de avión y uno de ellos es relacionado con los ciegos. Solo ideas principales alcancé a vaciar, pero todo lo tengo en mi mente, ya sabes primera calidad. El reto está en materializarlo. Tengo que aterrizarlo aún porque es una foto que tengo mental muy grabada, de una escena que vi caminando por las calles de mi ciudad fantasía. El dilema está en que cuando he platicado la idea me ha salido un poco contraproducente el hecho de usar lo del 'ciego', me habían dicho que no puedo saber si realmente los ciegos ven con esa ternura y fragilidad la vida en el mundo, reafirmándome que leyera a Saramago porque el habla de esa perversidad en la que viven cada uno de ellos. En esa oscuridad que les perturba la mente. Me pareció algo muy grotesco y vomitible, entonces tuve que contestar, que para mi, los ciegos de mi corto, son chidos y no son tan masturbados mentalmente...

El segundo tiene que ver con un sordo y un niño con síndrome de down...
Terminé en la sala de un cine, viendo sola alguna película. Solo fue entretenimiento. Regreso a mi casa y vi que me estuviste esperando, estabas así perdido entre el altero de libros, apunto de agarrarte, corriste a desvanecerte entre mis sábanas, desde esta noche sé que voy a dormir muy tranquila.

Aqui estoy con mi cabeza en tu pecho, escuchando el beat del corazón y como se contorsinan las tripas, come algo, después de pasar por mis orejas, tu postre mis labios.