Débil.

Tengo un defecto que realmente detesto. Siempre que quiero contar un chiste o algo que requiere naturalidad del acto para que los demás puedan reírse, no puedo.

Terminar o llegar al chiste del chiste es imposible para mí. Incluso cuando empiezo a contarlo ya estoy ríendome, y es cuando se hacen pausas largas con risas, porque no puedo seguir a un rítmo normal.

Cuando por fin logro llegar al final, ya no tiene chiste, les mato el encanto.